Absorto en distracciones estériles y referentes vacuos, el ser contemporáneo encuentra cada vez más dificultades para enfocarse en los temas clave del pasado y el presente con genuino interés y emoción. Porque sin esos dos factores, el del impulso intelectual y el pasional, resulta insostenible implicarse en las causas más urgentes con efectividad. A lo largo de su intermitente filmografía, sucinta en número de obras pero intensa en el calibre político y creativo de cada una, Billy Woodberry se ha propuesto descubrir o reabrir circunstancias y episodios de la Historia que se pasaron por alto. Reivindicar lo que las crónicas consideraron irrelevante para ponerlas en el foco, no simplemente desde el activismo, sino atrapando su dimensión sensorial y poética.
Nacido en Dallas en 1950, Woodberry fue uno de los fundadores del movimiento L.A. Rebellion junto a Charles Burnett o Haile Gerima, faro del cine afroamericano compuesto por un grupo de estudiantes de la Universidad de California (UCLA) que imaginaron otra escena independiente, sensible a la vida real de las comunidades negras de Estados Unidos y más allá. Su primera incursión como realizador, el cortometraje The Pocketbook (1980), observaba a un joven ladrón mediante un perspicaz relato de aprendizaje, pasando a continuación al largo con Bless Their Little Hearts (1984), film esencial de su generación, influido por el neorrealismo y los cineastas del Tercer Cine, sobre el desmoronamiento de una familia afroamericana ante las dificultades del padre para encontrar trabajo. La película, que contó con Charles Burnett como guionista y director de fotografía, fue premiada en la Berlinale y tuvo un importante recorrido internacional, pero Woodberry abandonó la creación para consagrarse a la docencia.
Ya inaugurado el siglo XXI, decidió volver empezando de cero, reformulándose por completo como cineasta, y haciendo del archivo audiovisual y fotográfico la materia prima de sus films posteriores. Documentales por y sobre la memoria que apelaban a figuras ineludibles que agitaron las escenas artísticas y políticas de las comunidades africanas y afrodescendientes, como Ousmane Sembène en Marseille après la Guerre (2005), Bob Kaufman en And When I Die, I Won’t Stay Dead (2015), o Mário Pinto de Andrade en Mário (2014). El cine de Woodberry propone una perspectiva sensible pero insumisa del pasado, señalando la persistencia de las huellas del colonialismo, e inspirando a superarlas de la mano de mitos que lucharon con acciones, versos e imágenes por la libertad y la identidad negra.
Documenta Madrid y el Museo Reina Sofía y Documenta Madrid dedican este ciclo a Billy Woodberry, cuya filmografía, aunque reducida en número de obras, destaca por su gran intensidad política y creativa. Javier H. Estrada es miembro del comité de selección del festival y es el comisario del programa La rebelión de las raíces. El cine de Billy Woodberry.
Organización: Museo Reina Sofía y Documenta Madrid